El
ombligo es nuestra génesis y nuestro principio. Durante nuestra
permanencia en el vientre materno fue a través de él que recibimos la
energía y la alimentación para poder vivir en la condición de feto..
Al
momento de nacer, al cortar el cordón umbilical se termina la conexión
física con la madre, pero el centro del ombligo sigue desempeñando su
función nutricia en un plano mas sutil (energético), es, de allí en
adelante, el área que recolecta la energía del cosmos.
Su
importancia, como punto energético del cuerpo relacionado con el manejo
de la energía ancestral, es innegable. Así es considerado por numerosas
tradiciones médicas y esotéricas.. Es más, en la medicina tradicional
china (MTC), se habla del Dan Tian como ubicado en el ombligo, en donde
reside el Yin y el Yang, considerado como el mar de esencia y del Qi,
como la puerta de la vida y de la muerte.
En
Qisoma sostenemos que en el ombligo, un poco hacia dentro, hay un punto
de luz muy brillante, como un diamante o una estrella, que está en el
centro del ser.
Es el punto gen de la encarnación,
donde se conserva la memoria de la energía de nuestra primera célula.
Este punto contiene la energía de nuestra alma, los patrones de la
personalidad, es decir, el holograma de nuestra vida.
Este
punto bioenergético está regido astrológicamente por las fuerzas del
planeta Plutón o la constelación de Escorpio por lo tanto es un centro
de regeneración, de transformación y acumulación de energía.
Es un punto mediante el cual, y con la terapia adecuada, podremos, como
el ave fénix (símbolo plutoniano), resucitar de nuestras cenizas.
Escorpio es la muerte y la resurrección, es la energía más profunda y
mas transformadora del ser humano; es la energía generatriz.
Pero,
a su vez, este punto en mal estado energético nos puede llevar a una
degeneración total, sobre todo cuando esta cicatriz adquiere el
comportamiento igual al de un punto de interferencia física.
Cuando
el ombligo se porta como un punto de interferencia o engrama, es cuando
mas no indica la existencia de problemas que vienen de todo el proceso
de gestación, o relacionados con la propia genética de la persona.
He allí la importancia del centro umbilical ya que proviene de su papel en el crecimiento del embrión. (Gen)
Después
de la concepción el embrión comienza a dividirse inmediatamente y
pronto se adhiere a la pared del útero. Crece el cordón umbilical por el
que se alimenta el feto. El punto donde el cordón umbilical está unido
al bebé es el ombligo. Mientras el feto se encuentra todavía en el útero
materno, la energía entra al ombligo por el cordón umbilical. Luego
circula por el riñón izquierdo, después por el riñón derecho, desciende
hasta el centro sexual y el perineo y sube por la columna hasta la
cabeza. Luego desciende por la lengua y regresa al ombligo. Este curso
de circulación constituye la Orbita Microcósmica que armoniza la energía Yin y Yang del feto.
El
feto se alimenta con la energía umbilical y elimina los desechos por el
ombligo. Después del nacimiento, mientras el niño crece, el cuerpo
sigue enviando toxinas a la zona umbilical.
El
centro umbilical equilibra todas las fuerzas y es el centro de gravedad
física. El cuerpo se mueve alrededor de este centro al sentarse,
ponerse de pie o practicar en movimiento.
El
centro umbilical, transforma las energías del cielo, la tierra y la del
plano humano en energía vital beneficiosa y fundamental para el cuerpo.
Imagen 2 |
Este
es el sitio donde se unen la esencia, la energía y el espíritu. Podría
decirse también que es el sitio de unión y transformación de los planos
físico, energético y espiritual.
Si
hay algún problema con la energía del ombligo como por ejemplo
bloqueos, estancamientos o un vacío de energía, es probable que no haya
energía suficiente para nutrir correctamente a los órganos y sus
sistemas.
Si
en nuestro examen detectamos alguna irregularidad en la energía de este
punto, debemos investigar a que órgano (s) está afectando y proceder a
la terapia que extraiga toda la energía perversa que se acumula en este centro y que afecta al organismo.
Para extraer esta energía y reparar los desarreglos genéticos
causados, aplicamos ventosas magnéticas en el ombligo, por lo regular
durante 40 minutos y en sesiones que se realizan cada 4 días de por
medio.
Después
de la terapia, al quitar la ventosa, se observan la formación de
vejigas o ampollas formadas por un líquido transparente o con aspecto de
pus (muchas veces mal oliente), que no es mas que las toxinas que la
ventosa ha extraído del cuerpo del paciente. Estas ampollas hay que
pincharlas para que el cuerpo no reabsorba nuevamente estos tóxicos.
La
imagen Nº 1 es una foto que corresponde al ombligo de una paciente
epiléptica (cerebro afectado por las energías disonantes del ombligo
como punto de interferencia) . Se puede observar las vejigas formadas
por los desechos tóxicos extraídos del cuerpo
Nuestro verdadero centro: el ombligo
Desde hace miles de años los orientales conocen la importancia de este centro: el ombligo, esa cicatriz que queda después de cortar el cordón umbilical, que nos recuerda de dónde venimos, que nos remite a la no preocupación de alimento y abrigo porque todo nos era dado en la matriz de nuestra madre a través de él.
Andrew Fretwell explica que el ombligo juega un papel fundamental en nuestro cuerpo porque durante la concepción es aquí donde se forma su primera célula y cada parte de él se desarrolla en espiral alrededor de esta primera célula.
En Occidente, hemos perdido la conciencia de nuestro verdadero centro y nos instalamos en el cerebro y en la razón. Nos volvimos racionales y nos olvidamos de la gran sabiduría que reside en nuestras entrañas.
Según la medicina oriental, dos dedos por debajo del ombligo “hacia adentro” se halla un importante centro energético: para los japoneses es el Hara, para los chinos es el Tan Tien; o para los hindúes es el segundo chakra (swadisthana), y lo describen como un vórtice de energía que permite el acceso al goce y la alegría.
Los antiguos taoístas chinos descubrieron que el área detrás del ombligo es el centro energético más crucial y potente del cuerpo. Cualquier molestia o bloqueo en esta zona obstaculiza el libre flujo de la energía vital.
Esta zona representa el centro de gravedad del cuerpo y tiene relación con la confianza en uno mismo. Si el Hara está fuerte, la persona no tiene miedos, es creativa y psicológicamente centrada. Si hay un bloqueo, predominan las emociones como el miedo, la ira y la inseguridad.
Los orientales designan al vientre y a lo que allí reside como la conciencia profunda del ser. Allí, en el centro, reside también la memoria celular del cordón umbilical: un estado pleno y nutritivo. Lo vinculan con el elemento agua, las emociones, la sexualidad y la procreación.
El verdadero centro no es el pecho, el corazón o la cabeza sino el vientre!!!
Cómo está nuestro centro?
Hagamos una prueba. Sigamos las indicaciones de Andrew Fretwell, uno de los instructores del centro de enseñanza de Mantak Chia, en Chiang-Mai (Tailandia) quien señala: "Siéntate recto, relaja tu postura así que el abdomen este blando. Pon la punta del dedo medio en tu ombligo y, delicadamente y despacito, aprieta hacia adentro. Controla cuánto puedes confortablemente entrar en tu barriga y si el dedo puede penetrar hasta la parte frontal de la columna sin dolor, estás limpio y libre de residuos físicos de antiguas emociones".
Seguramente no será nuestro caso… nuestro centro está bloqueado!!!…. Nuestro ombligo está dormido!!!
Una de las primeras cosas que debemos atender es re-aprender a respirar con el abdomen como hacen los bebés. Una buena técnica de respiración es la siguiente: inhalar profundamente de manera que nuestro estómago se distienda, llevar la respiración hacia abajo, hacia el Hara, donde reside la esencia del “ser” (ombligo). Retenemos por unos cuatro segundos y exhalamos por la boca hasta que nuestro estómago baje… Repetimos este tipo de respiración diez veces… Ahí está nuestra paz y seguridad!!!
Cómo despertar al ombligo?
El ombligo está conectado directamente con cualquier otra parte del cuerpo y trabajando sobre él se puede afectar el cuerpo entero.
Los taoístas entrenan esta zona del bajo vientre para que cumpla con las funciones de “un segundo cerebro”.
Lo llaman también “campo medicinal” o “campo del elixir”, como modo de describir las oleadas de energía que se despiertan al trabajarlo.
Un buen ejercicio consiste en mantener los pies y el perineo conectados hacia la tierra, las rodillas flexionadas, la columna vertebral alineada y recta, los hombros bajos y relajados y la cúspide la cabeza colgando como de un hilo, desde el cielo. Luego, la respiración y la atención deberán concentrarse en la zona del ombligo y del bajo vientre.
Otro modo de despertar el Hara es la práctica de auto masajes.
Uno es el Chi Nei Tsang (CNT). Chi se refiere a energía e información y Nei Tsang a los órganos internos: pues significa literalmente "Trabajar la energía y la información de los órganos internos" o "Transformación de la energía de los órganos internos".
El CNT es un sistema integral de curación que, a través de un suave y directo auto-masaje sobre todo el abdomen y dando vueltas con nuestro dedo pulgar alrededor del ombligo en sentido antihorario, nos permitirá liberarnos de tensiones físicas, mentales, emocionales y espirituales.
Otro tipo de masaje similar es el zen-shiatsu, masaje japonés creado por Shizuto Masunaga, profesor de psicología en la Universidad de Tokio, en el cual también se hace presión y auto masaje sobre el abdomen para distinguir el buen o mal funcionamiento de los órganos. La intuición nos dirá en dónde está el problema.
Zhang Hude, profesor de la Universidad de la Medicina Tradicional China de Beijing propone que también se puede amasar el abdomen después de comer. Se pone la mano sobre el ombligo y se realiza el masaje en sentido de las agujas del reloj y en sentido contrario de las agujas del reloj de manera alternativa, ello puede promover la digestión.
Aplicar calor al vientre también puede lograr un efecto de conservación de la salud. Se puede usar bolsa termal o toalla caliente colocada sobre el ombligo y quitarlas después de varios minutos, una o dos veces al día. Fuera de casa, se puede poner la mano calientita sobre el ombligo. Ayuda para la expulsión de gases y controlar la diarrea.
Y finalmente para nosotros los biomagnetistas existe la aplicación de una técnica maravillosa que consiste en colocar sobre el ombligo, una ventosa con un imán negativo (ya existen en el mercado ventosas integradas con imanes) y dejarla ahí durante unos 30 minutos. Es increíble sentir cómo se expulsa el aire (yo le llamo “negatividades”)
En vista de que estas son técnicas integrales, lograremos el bienestar y la conexión correcta entre todos los aspectos:
- Emocional: ya que relaja los órganos de las tensiones acumuladas y los libera de las emociones negativas que los están cargando. Todas las emociones de nuestra vida que no hemos procesado se almacenan un nuestros sistemas y órganos internos a la espera de ser tratadas. La escasa "digestión" emocional es una causa importante de falta de salud.
- Físico: porque desintoxica el cuerpo, liberándolo de cualquier exceso de estancamiento. Mejora así la eliminación de toxinas y estimula los sistemas linfático, circulatorio, esquelético, además de fortalecer el sistema inmunitario y la resistencia a las enfermedades.
- Auto-conocimiento: nos enseña y nos lleva al conocimiento de nosotros mismos, nos conecta con el universo, nos hace más espirituales, nos tranquiliza, nos hace sentirnos seguros y confiados.
Para poder acceder y llegar al centro será necesario un entrenamiento cotidiano. Puede ser la práctica de tai-chi, aikido, yoga, etc., lo cual conducirán a la propia búsqueda de la resolución de los conflictos.
En el pensamiento occidental, la globalización, el materialismo parece agotarse la necesidad de auto analizarse, de conectarse con la naturaleza; dejamos de lado la espiritualidad, hacemos a un lado nuestra esencia… vayamos pues a nuestro campo de nostalgia, a nuestro verdadero ser, a nuestra energía del poder espiritual… al cultivo del ombligo!!!